Noche mágica

Dice la tradición que en un lugar muy muy lejano, en Oriente, tres sabios se dejaron guiar por una estrella. Sin más, confiaron plenamente en su instinto, y atravesaron desiertos en busca de un niño al que debían adorar y agasajar con presentes. Oro, incienso y mirra para un recién nacido como símbolo de sus tres dimensiones: hombre, rey y dios. 

Mucho ha cambiado el cuento, y ya no hay que atravesar desiertos en camello durmiendo a la intemperie mirando las estrellas. Ahora hay que recorrer un mínimo de tres centros comerciales para encontrar aquello que se busca, hacer colas interminables para pagarlo, y si aún te quedan fuerzas para guardar una última cola para envolverlo con papel de regalo es que eres un crack...y un mega crack si sigues todos éstos pasos con cada uno de los regalos que adquieres.

Sin embargo, a pesar del consumismo imperante en éstas fiestas, en que se regala más por encargo que por iniciativa propia, en que las tradiciones que "huelan" a cristianismo o catolicismo son rechazadas por la mayoría sin más, y en que las nuevas ideologías políticas escudándose en una igualdad mal entendida son capaces de destrozar tradiciones centenarias de un plumazo con figuras tan esperpénticas como las "Reinas Magas", a pesar de todo esto, como decía, hoy quiero romper una lanza por todas aquellas personas que siguen regalando ilusión. Porque de ilusión se trata. 

Y no solo hablo de quien recibe el regalo, sino de la ilusión que pone el que presta atención para averiguar qué puede necesitar o desear quien tiene al lado, la ilusión de comprarlo a escondidas en tiempos robados al descanso o al ocio, la ilusión de la puesta en escena colocando los paquetes para guiar el orden de apertura para aumentar la expectación, la ilusión de preparar algo de turrón para Melchor, Gaspar,  Baltasar y agua para los camellos, la ilusión de preparar carteles con los nombres de los afortunados, o quizá escribir alguna carta de puño y letra por los mismísimos Reyes Magos.... 

En definitiva, un sinfín de quehaceres con el único objetivo de hacer más felices a los que nos rodean. Por todo ello, brindo por vosotros, creadores de magia y de ilusión.

Feliz noche de Reyes.